La Ciudad de Nueva York inició su Fase 3 de reapertura el lunes pasado, y con el aumento de trabajadores regresando a sus empleos, una de las grandes preocupaciones de muchos neoyorquinos y de las autoridades es evitar que los sitios de trabajo se conviertan en focos de propagación de contagios del COVID-19.
Así lo aseguró en una manifestación que tuvo lugar en Jackson Heights, Queens, Maritiza Silva-Farrell, directora de la organización ALIGN NY, tras mencionar que tras varias semanas de haber iniciado la Gran Manzana su transición hacia la reactivación, la protección de los empleados esenciales, mayormente latinos y negros, está lejos de ser una realidad.
“Los casos y las hospitalizaciones de COVID-19 están aumentando a nuevas alturas en todo el país. Sin embargo, nuestros trabajadores esenciales, en su mayoría trabajadores negros y latinos, permanecen inadecuadamente protegidos, meses después del cierre de Nueva York”, denunció la activista. “¿Cuántas muertes más entre nuestros trabajadores de primera línea se necesitarán para proporcionar protecciones básicas de sentido común?”.
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